Andrómeda, de nebulosa a galaxia

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La galaxia de Andrómeda, en una imagen reciente tomada con un telescopio amater. (Foto de Juan Antonio Díaz Gómez, Observatorio Astronómico Hypatia, Arenas de San Pedro, Ávila)

A punto de cumplirse el primer centenario del nacimiento de la astronomía extragaláctica, es una buena ocasión para recordar el decisivo papel que tuvo la nebulosa de Andrómeda en este arduo camino. Este momento estelar de la humanidad aconteció el 1 de enero de 1925, cuando Edwin Hubble presentó, in absentia, en la reunión de la Sociedad Americana de Astronomía su trabajo sobre la detección de estrellas variables de tipo Cefeida en Andrómeda y la estimación de la distancia a esta nebulosa.

Edwin Hubble llevaba unos años buscando estrellas variables de tipo Cefeida en varias nebulosas brillantes y midiendo sus brillos usando el telescopio Hooker del Observatorio del Monte Wilson en California. Era bien conocida la relación que existe entre el periodo de variación y la luminosidad de estas estrellas, descubierta por Henrietta Leavitt unos años atrás, y que permitía estimar distancias. Así pues, él y otros astrónomos ya estaban enfrascados en la tarea de identificar estas estrellas variables en nebulosas. Entre estos objetos celestes que Hubble estaba investigando, usando placas fotográficas, estaba Andrómeda. Con la detección de varias Cefeidas, propuso que esta nebulosa se encontraba a casi un millón de años luz. Aunque hoy sabemos que no era del todo correcta, pues su distancia es aproximadamente 2,5 millones de años luz, esta cantidad la situaba, sin lugar a duda, más allá de los confines de la Vía Láctea. Andrómeda pasó de ser una nebulosa para transformarse en una galaxia o nebulosa extragaláctica –este segundo término parecía ser el preferido por Hubble–. Es interesante recordar que este hito ya se había publicado de forma oficiosa en el periódico The New York Times, unas semanas antes, en noviembre de 1924. El resultado de Hubble zanjaba ese día de Año Nuevo el famoso gran debate de 1920 titulado La escala del universo entre Harlow Shapley y Heber Curtis y hacía sospechar a los astrónomos que las nebulosas espirales catalogadas hasta esa época estaban a distancias enormes.

Almudena Alonso

Artículo completo en la revista de octubre de 2024.