Todo lo que el cielo permite. Cine y astronomía
Son muchos los caminos posibles para analizar las relaciones entre el cine y la astronomía. En este artículo repasamos algunos fenómenos celestes que han aparecido en las películas.
Estamos casi a medianoche en un bar decrépito. Valuska, el más joven de los presentes, es el rostro mismo de la inocencia, de la bondad frágil condenada a ser siempre víctima de los zarpazos del mal. Como todos los días, le piden que escenifique «un gran acontecimiento producido por el movimiento de los cuerpos celestes». Como todos los días, Valuska elige a los actores de su representación entre los clientes habituales del bar, a esa hora ya algo borrachos. Uno hará del Sol, otro será la Luna y un tercero interpretará el papel de la Tierra. El que encarna al Sol abre y cierra las manos simulando que emite rayos de luz. A su alrededor da vueltas la Tierra, y en torno de esta gira torpemente la Luna. Valuska declama un discurso hermoso e ingenuo: en un momento dado en el Sol asoma una pequeña mordedura que va creciendo poco a poco hasta llegar a ocultarlo por completo. El aire se enfría, el cielo se oscurece, aúllan los perros y los pájaros vuelan a sus nidos, confundidos y perplejos. Se hace el silencio. Todo lo que vive está quieto. Es un eclipse total.
Es la primera secuencia de una película repleta de momentos apabullantes, Las armonías Werckmeister, adaptación de un texto de László Krasznahorkai convertido en una obra maestra, otra más, por el cineasta húngaro Béla Tarr, uno de los creadores capitales del último medio siglo.
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Astronomía Abril 2021 No 262 – Edición digital
Astronomía Abril 2021 No 262 – Edición impresa