Este mes de junio, la sonda japonesa Hayabusa 2 llega por fin a su destino: el asteroide Ryugu. Lanzada en diciembre de 2014, y tras un viaje de más de tres años y medio, esta nave espacial llegará a primeros de mes a solo 6000 km de distancia de este pequeño asteroide, de apenas un kilómetro de diámetro. El acercamiento final al asteroide, que la situará a solo una veintena de kilómetros de su superficie, se llevará a cabo en las semanas siguientes, con el objetivo de comenzar una campaña exhaustiva de estudios y cartografiado de este asteroide. Posteriormente, entre septiembre y octubre, Hayabusa 2 descenderá a 5 km de altura para soltar dos diminutos rover, el europeo MASCOT –del tamaño de una caja de zapatos– y el japonés Minerva.
Hayabusa 2, con un coste de aproximadamente 300 millones de dólares, es una especie de continuación de la sonda Hayabusa (que en japonés significa halcón), que se lanzó en 2003 y llegó al asteroide Itokawa en 2005. A pesar de las dificultades técnicas que impidieron que Hayabusa recolectara todas las muestras planeadas de la superficie de Itokawa, la nave espacial regresó con éxito a la Tierra en 2010 con muestras microscópicas del asteroide.
Hayabusa 2 también pretende recoger muestras de su asteroide, Ryugu, hasta en tres ocasiones; octubre de este año, y en febrero y mayo de 2019. Este último tercer descenso, además, será peculiar pues la sonda lanzará un proyectil que creará un cráter de varios metros de diámetro, con el objetivo de que Hayabusa 2 descienda sobre este y recoja muestras del material subsuperficial no alterado por la exposición al medio ambiente espacial.
En diciembre de 2019, Hayabusa 2 dejará el asteroide poniendo rumbo a la Tierra, a donde llegará en diciembre de 2020. La cápsula de retorno de muestras de Ryugu, tras entrar en la atmósfera de nuestro planeta a 12 km/s, caerá en paracaídas en Australia. Estaremos muy atentos a esta fascinante misión que comienza ahora.