Vamos a estudiar una técnica con muchos siglos de antigüedad, la que permite traerse el universo a los dominios de los simples mortales y poder manejarlo a nuestra conveniencia. El cosmos es pura geometría: quedará convertido en una serie de líneas sobre un trozo de papel, cartón, metal… o en una serie de engranajes, como ocurre en el caso de los hermosos relojes astronómicos medievales. Operando sobre esas líneas podremos saber la situación de la Tierra respecto al Sol, el zodíaco, las estrellas…
En definitiva, se trata de entender y saber usar los diferentes instrumentos que representan el cielo y que se han utilizado a lo largo de los siglos. Todas las representaciones del cielo tienen un objetivo fundamental: trasladar a dos dimensiones lo que sucede en tres. Indagaremos, en esta primera entrega, cómo está hecho el planisferio celeste, el instrumento ideal para observar el cielo estrellado.