Paleontología galáctica
Los astrónomos descubren Nessie y Maggie: posibles eslabones perdidos de la evolución galáctica y las nubes moleculares.
James Jackson (Boston University) hizo un asombroso descubrimiento en los datos del observatorio infrarrojo espacial Spitzer. Jackson encontró una monstruosa estructura filamentosa, bautizada como Nessie en honor del mítico monstruo del Lago Ness. El nombre se debe al parecido observacional con una gran serpiente cósmica, visible como una negra cuerda ondulatoria sobre el fondo de emisión infrarroja de la Vía Láctea. Jackson calculó que Nessie tiene una longitud de 240 años luz y contiene material suficiente para formar cuarenta mil soles. Estos números aumentaron a 300 años luz y cien mil masas solares en un trabajo posterior de Alyssa Goodman (Center for Astrophysics, Harvard). La anchura de Nessie no supera los 2 años luz. Este descubrimiento dejó boquiabiertos a los astrónomos debido a su clara desviación del resto de estructuras filamentosas conocidas hasta la fecha, al menos diez veces más pequeñas y cien veces menos masivas. Impactó aún más en la comunidad teórica ya que, siguiendo las teorías sobre formación estelar, un filamento de tal magnitud no debería ser observable.
Jorge Abreu
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Astronomía marzo 2022- Edición digital
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