Cuando llega la hora de una salida astronómica habitual, transportar un equipo completo pesa cada año más, aunque se haya renunciado a diámetros asequibles de telescopio, cambiado portátil por tablet, cables por wifi…
Cada año, digo, vas añadiendo más complementos a tu equipo, que muchas veces usas y otras veces echas en falta en plena oscuridad y maldices tu olvido cuando estás disfrutando de una buena noche de observación con los amigos, y, qué cosas: siempre es un accesorio que te has dejado en tu trastero o en un cajón de casa, e inevitablemente reflexionas que estás entrando en años y cada vez andas más olvidadizo y que pronto ya no andarás en condiciones físicas para subir y bajar tantos trastos de casa al coche y a la vuelta, más de lo mismo.
En ciudad es más difícil tener la proximidad del equipo astronómico cerca del coche ya que generalmente vivimos en bloques de pisos o a lo sumo tenemos acceso a un garaje comunitario, o si después de muchos sacrificios poseemos una casa adosada con garaje particular, aun así seguimos año tras año cargando y descargando nuestros trastos con cada salida de observación.
Manuel Miguel Reina Viedma
Artículo completo en la revista de diciembre de 2023.