Debido a la enorme cercanía de Mercurio al Sol, sus secretos nos habían estado velados hasta no hace mucho tiempo.
Mercurio es el planeta más pequeño y menos masivo del Sistema Solar, así como el más cercano a su estrella: 4879 km de diámetro y 57,9 millones de kilómetros de distancia media al Sol. Posee una órbita muy excéntrica, tanto que en su perihelio se sitúa a solo 46 millones de km de la estrella mientras que en el afelio la distancia es de 70 millones de km. Además, por cada dos órbitas completas en torno al Sol, Mercurio gira sobre sí mismo tres veces… su día dura 58 días terrestres y el año 88 días terrestres. Esta peculiaridad, unida a la cercanía del Sol y a la carencia de una atmósfera lo suficientemente densa como para distribuir y retener el calor por todo el planeta, causa que la temperatura en el hemisferio iluminado alcance los 427° C, mientras que en la zona oscura no sobrepase los –173° C. En el lado diurno de Mercurio, el plomo se fundiría.