A lo largo de estos meses estivales, durante toda la noche, la coloración rojiza de Marte y su fuerte brillo lo harán inconfundible en la constelación de Capricornio, donde permanecerá hasta la última semana de agosto. A partir de ese momento, se adentrará unos días en la constelación de Sagitario para luego regresar a Capricornio en septiembre y continuar su periplo celeste. Este bucle que parece describir en el firmamento, como si estuviese dibujando una especie de rizo celestial, es el resultado de que la Tierra, al moverse más rápido en su giro alrededor del Sol que Marte, llega un momento en que le «alcanza» en su órbita, sobrepasándole y dejándole atrás. Al verlo desde nuestro planeta, ese adelantamiento se traduce en que el planeta exterior parece moverse durante un tiempo en sentido contrario a como lo ha hecho hasta ese instante, para luego, una vez que la Tierra le ha sobrepasado, volver a su sentido de movimiento habitual.
Artículo completo en Astronomía Julio-Agosto 2018
