Si en la primera parte en la que hablamos sobre nebulosas, las responsables de las formas que estas adquirían y de los fenómenos que en ellas ocurrían eran las estrellas y su radiación, en el caso que ahora abordamos, el de las galaxias, la principal fuerza que las condiciona y moldea es la gravedad.
Muchas de las galaxias que protagonizan nuestras fotografías, por su belleza, formas y colores son galaxias espirales. Situadas a la derecha en la secuencia de Hubble su origen, de forma simplificada, se remonta al colapso de una nube de gas con cierto momento angular (cierta rotación). El proceso por el que la nube original de gas con rotación adquiere una forma de disco es parecido al que ocurre cuando un pizzero hace girar en el aire una masa para darle la forma de pizza y dejarla plana. Por su parte, la formación de las barras y los brazos espirales tan característicos aún presenta muchas incógnitas, aunque existen algunos mecanismos que están ampliamente aceptados.
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