A lo largo de los años que el autor lleva haciendo observaciones nocturnas y fotografía astronómica, ha podido recopilar un archivo de la evolución del cielo de la ciudad y la provincia de Guadalajara a través de las fotos que ha obtenido con su cámara.
Todo tiene un comienzo. El mío como astrofotógrafo empezó allá por el año 2013 cuando, con una cámara de fotos prestada, me alejaba un poco del pueblo en el que vivía por aquel entonces, Marchamalo (Guadalajara) con intención de descubrir todo ese nuevo mundo que se abría ante mí: la astrofotografía.
Tenía la suerte de vivir en un lugar con no demasiada contaminación lumínica (en adelante CL) y que alejándote solo un poco del pueblo, tenías la posibilidad de contemplar incluso la Vía Láctea, no en todo su esplendor, pero sí al menos distinguirla.
Fue desde aquel lugar, a las afueras de Marchamalo y en dirección a Usanos, donde pude obtener mis primeras fotos del brazo galáctico. Fue el comienzo de mi pasión por la fotografía astronómica y el de todas las aventuras nocturnas que he vivido desde entonces. En la oscuridad y la soledad que se precisan para contemplar el resto de nuestro pequeño universo cercano.
Pues bien, hace unas semanas decidí visitar nuevamente ese mismo lugar que fue el punto de partida de mi trayectoria fotográfica y pude comprobar, con tristeza, el drástico cambio en el cielo y los niveles de CL que se han alcanzado en la ciudad y sus alrededores.
Rubiel Andrés
Artículo completo en la revista de enero 2023.