
Las galaxias elípticas parecen nubes borrosas, suaves e incluso aburridas, comparadas con las más complejas galaxias espirales. Sus bordes son indefinidos y los núcleos brillantes están rodeados por un brillo difuso. Sin embargo, las apariencias engañan. Por lo menos el 10 % de las galaxias elípticas se extienden por el cosmos más de lo que parece y, en su interior, poseen un abanico de estructuras más finas de lo que un vistazo inicial puede mostrar; estructuras como bucles y capas.
La galaxia NGC 474 se encuentra a unos 100 millones de años luz de distancia en la constelación de Pisces (Peces). En la parte superior izquierda de la imagen adjunta, es un ejemplo excelente de una galaxia elíptica con capas: enormes colas ralas de gas se mueven alrededor el cuerpo principal, mientras en el interior se aprecia una serie de anillos concéntricos. De hecho, la imagen no alcanza a contener toda la extensión de la galaxia. Las regiones más externas de NGC 474 se hinchan en forma de volutas de humo que se extienden a grandes distancias del núcleo.
Los astrónomos desconocen por qué algunas galaxias llegan a tener esta apariencia y estructura. Se cree que se debe a la gravedad, posiblemente las interacciones gravitatorias con galaxias cercanas. Es posible que la espiral de la parte derecha inferior de NGC 474 haya provocado ondas de densidad en sus relaciones hace miles de millones de años.