Fuegos artificiales cósmicos ultravioletas

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Blog Sept_2019
Imagen obtenida en ultravioleta por la cámara WFC3 acoplada al Telescopio Espacial Hubble. Muestra el brillo del magnesio incrustado en el gas caliente (en azul) y los filamentos ricos en nitrógeno (en rojo). (NASA, ESA, N. Smith –University of Arizona, Tucson–)

El Hubble nos ofrece una visión especial de los gases en expansión del sistema estelar doble Eta Carinae, la imagen en más alta resolución obtenida hasta ahora de este objeto. A solo 7500 años luz de distancia en la constelación de Carina, podemos imaginar que se trata de una explosión de fuegos artificiales que comenzó en 1838 y que transcurre a cámara lenta. Debido a la denominada «gran erupción» que sufrió la estrella, en el año 1844 se convirtió en la segunda más brillante del mes de abril, solo superada por Sirio. Pero esta está unas mil veces más cerca de la Tierra. Ahora ya ha atenuado su brillo considerablemente.

Las explosiones habituales en este sistema se deben a que la integrante más masiva del sistema binario es inestable, pues está cerca del final de su vida. De hecho, aquella explosión probablemente estuvo a punto de destruirla. Las consecuencias aún se observan en el entorno de la estrella: una enorme envoltura de polvo y gas con forma de reloj de arena y filamentos de materiales expulsados al espacio. En conjunto forman la denominada nebulosa Homúnculo, uno de los objetivos favoritos para el telescopio espacial desde su lanzamiento en los años noventa del siglo pasado.

Se cree que el material creado en la erupción mencionada ha sido calentado por las ondas de choque producidas por el choque con material expulsado previamente. Los astrónomos esperaban encontrar la radiación correspondiente a la presencia de magnesio en los filamentos, entre el nitrógeno brillante en rojo. Pero se encontraron con una estructura nueva de ese material entre las burbujas bipolares y la capa más externa y caliente, rica en nitrógeno.