¿Puede una Agrupación Astronómica fomentar las vocaciones científicas entre los jóvenes? La respuesta a esta pregunta es obviamente afirmativa. Así lo demuestra el historial de actuaciones de todas y cada una de las distintas asociaciones que, distribuidas a lo largo y ancho de nuestra geografía, llevan años compartiendo el placer y el asombro ante el universo a través de muy diferentes actividades de divulgación.
Este artículo no solo es un tributo a toda esa labor de acercamiento a la belleza de nuestros cielos, sino que, por otro lado, pretende abrir el abanico de contribuciones al tan necesario fomento de las vocaciones científicas. Para ello nos centraremos en el papel activo del alumnado, huyendo de actividades típicamente escolares centradas en contenidos, focalizando nuestros esfuerzos en que los jóvenes hagan ciencia y que, de hecho, se conviertan en descubridores. Para ello nos deberemos situar en la isla de Gran Canaria, durante el pasado curso escolar, en el seno de la Agrupación Astronómica de Gran Canaria (AAGC), ente con casi treinta años de historia.