El más significativo para el estudio de las constelaciones fue el Kitāb suwar al-kawākib al-ṯābita, escrito por el astrónomo persa Abd al-Rahmān al-Sūfī (ca. 903–986), que fue traducido, adaptado y asimilado por el equipo alfonsí como Libro de las figuras de las estrellas fixas. La obra tuvo un gran éxito, y en muy poco tiempo se convirtió en uno de los libros de referencia para todo aquel que quisiera acceder al conocimiento del firmamento, haciéndose numerosas copias que circularon por el Mediterráneo oriental y occidental, difundiéndose posteriormente por otros territorios. Una de esas copias fue conocida y utilizada por los científicos al servicio de Alfonso X.