En pleno corazón de Roma, el convento de Trinità dei Monti guarda entre sus venerables muros un originalísimo instrumento astronómico del siglo XVII.
Los dos campanarios simétricos esconden una curiosidad astronómica. En el campanario situado al norte hay un reloj mecánico y en el situado al sur un reloj de Sol. Estos relojes indican las horas de París y Roma, respectivamente. El reloj de Sol muestra en números romanos la hora itálica y en números arábigos la hora solar. La hora itálica se empezaba a contar tras la puesta de Sol, de este modo restando de 24 la cifra correspondiente a la marca que indique la sombra del gnomon se obtienen las horas que faltan para la puesta de Sol. La hora itálica estuvo en uso hasta principios del siglo XIX y en España fue ampliamente utilizada en las Baleares, así como por el servicio de Correos.
Paco Bellido y Lola Vázquez
Artículo completo en la revista de marzo de 2024.