El rayo verde: teoría y práctica, II

Un rayo verde lunar captado por G. Hüdepohl, del ESO.

En la primera entrega de esta serie tratamos los fundamentos teóricos necesarios para entender el rayo verde como fenómeno óptico. En este segundo artículo los complementamos con algunas consideraciones acerca del esparcimiento de la luz y culminamos la parte básica de la explicación.

Sabemos que la atmósfera tiene querencia por esparcir la luz azul. En un día despejado el cielo aparece de color celeste porque la luz del Sol, en principio blanca, incide sobre la atmósfera y sus moléculas toman la luz solar más azul y violeta y la reparten en todas direcciones. Este efecto se conoce con el nombre de esparcimiento de Rayleigh y su intensidad es proporcional a la cuarta potencia de la frecuencia, o inversamente proporcional a la cuarta potencia de la longitud de onda. No son nada frecuentes en física los procesos que se rigen por una potencia cuarta, lo cual indica que hay una diferencia muy grande entre la intensidad del esparcimiento de Rayleigh en los extremos rojo y violeta del espectro. Por eso la luz azul se reparte por todo el cielo y el disco solar parece menos blanco, algo más amarillento de lo que se vería desde el espacio, porque le falta parte de su luz azul.

 

David Galadí-Enríquez, Encarna Angosto Trillo y Carmen Botella Almagro

Artículo completo en la revista de abril de 2023.