Aquí tuvo lugar a mediados del siglo XIX uno de los episodios más curiosos de la historia de la astronomía
El Observatorio Nacional de Atenas se alza sobre la Colina de las Ninfas, una de las siete colinas históricas sobre la que se asienta la ciudad de la Acrópolis y lugar donde transcurre la comedia de Shakespeare El sueño de una noche de verano. Para los aficionados a las curiosidades conviene señalar que no es la única conexión de esta obra con la astronomía. De hecho, en 1852 John Herschel bautizó a Titania y Oberón, los dos mayores satélites de Urano, con los nombres de dos de los personajes de esta comedia shakesperiana. La colina fue un santuario en la antigüedad como atestigua una inscripción sobre piedra que se puede ver todavía junto a la entrada del edificio principal. A poca distancia de aquí, en la colina Pnyx, se encuentran los restos de un antiguo observatorio del siglo V antes de nuestra era utilizado por Metón de Atenas, conocido por descubrir el ciclo metónico de diecinueve años tras los cuales se repiten las mismas fases lunares en las mismas fechas. En este lugar, Metón instaló el heliotropo, un ingenioso instrumento para observar el movimiento del Sol y determinar así la fecha de los solsticios.