Uno de los aspectos más curiosos del espacio exterior es que nadie sabe exactamente en dónde empieza, es decir, cuál es su límite inferior. Nadie sabe tampoco en dónde termina el espacio aéreo, y, por tanto, cuál es el límite superior de la soberanía de los estados.
Hoy en día no existe ninguna frontera oficial que separe los dos espacios. La famosa altitud de los 100 kilómetros, o «Línea de Kármán», que a veces escuchamos en los medios, no es ningún límite internacionalmente aceptado. Se usa únicamente a efectos de certificar récords individuales de altitud.
A diferencia de otras áreas del Derecho Internacional, como las fronteras terrestres, que en general están bien demarcadas (no siempre, dando lugar en ocasiones a disputas territoriales); o como los mares, en donde las diversas zonas (aguas territoriales, zona contigua, etc.) están cuidadosamente definidas, no hay ningún tratado que delimite el espacio aéreo del espacio exterior.
Rafael Moro Aguilar
Artículo completo en la revista de enero de 2024.
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