Calendario astronómico de marzo de 2024
– Día 3: la Luna en cuarto menguante.
– Día 7 al amanecer: conjunción de Venus y Marte con la Luna.
– Día 10: Luna nueva.
– Días 11-14 al anochecer: conjunción de la Luna con Mercurio, Júpiter y Urano.
– Día 17: la Luna en cuarto creciente.
– Día 20: comienza la primavera en el hemisferio norte.
– Día 25: plenilunio y eclipse penumbral de Luna.
Este mes marca el inicio de la primavera en el hemisferio norte (y del otoño en el sur). El equinoccio señala el cambio de estación, que este año tiene lugar el 20 de marzo a las 4:06, hora peninsular española. El día del equinoccio, el Sol sale exactamente por el este y se pone por el oeste, con una duración casi idéntica de día y noche. Si tenemos en cuenta la refracción atmosférica y la extensión del disco solar, para ser precisos, la máxima similitud entre día y noche ocurre 3 o 4 días antes (equilux). En Madrid, el 15 de marzo, el Sol sale a las 7:26 y se pone a las 19:22, hora peninsular española, ofreciendo unas 12 horas de luz. Recordemos que el último domingo de marzo, la noche del 30 al 31, realizaremos el habitual cambio de hora en Europa: a las 2:00 de la madrugada, el reloj se adelantará una hora, pasando a ser las 3:00.
Los amaneceres de marzo nos ofrecen las últimas oportunidades para disfrutar de Venus, que cada vez aparece más bajo sobre el horizonte este durante el alba. Desde finales de marzo, y durante los siguientes tres meses, el segundo planeta más interno del Sistema Solar será prácticamente invisible, recobrando su protagonismo ya en julio bajo el rol de lucero vespertino. Aunque perdemos a Venus del amanecer, este mes ganamos un nuevo planeta, Marte, que presenta una altura cada vez mayor al avanzar el mes. Marte se desplaza entre Capricornio y Acuario, aunque con un brillo mucho más débil que el de Venus.
El día 7 de marzo, si miramos hacia el este al amanecer, seremos testigos de una triple conjunción entre la Luna menguante, Marte y Venus. Al día siguiente, el 8 de marzo, la Luna menguante aún más fina estará a una altura extremadamente baja sobre el horizonte, y por eso será muy difícil de observar, salvo que tengamos un horizonte totalmente libre en esa dirección y la observemos una media hora antes de salir el Sol, ya durante el alba.
Los anocheceres de marzo siguen dominados por Júpiter, el planeta más brillante del cielo tras la puesta de Sol. Situado ante la constelación de Aries, Júpiter es visible durante las primeras horas de la noche: a primeros de mes, podemos verlo hasta cinco horas después de ponerse el Sol, pero a finales de mes se encuentra a una altura menor y desaparece ya tres horas después de la puesta de Sol.
Además, el mes de marzo nos ofrece la mejor oportunidad de 2024 para observar Mercurio. El mensajero de los dioses asoma por el horizonte oeste durante algunos minutos tras empezar a oscurecer. Alcanza su máxima altura sobre el horizonte a finales de mes, y podemos verlo mejor que cualquier otro momento del año en torno al 24 de marzo, cuando se oculta una hora y media después de ponerse el Sol. Como es habitual, la aparición de Mercurio será fugaz; pocos días después, dejaremos de verlo.
A partir del 11 de marzo, la Luna emergerá de nuevo sobre el horizonte oeste al anochecer. El día 11 estará situada sobre Mercurio, aunque este planeta aún será muy difícil de observar por esas fechas. El día 13, el creciente lunar estará en conjunción con el brillante Júpiter. Aunque no podemos verlo a simple vista, Urano sigue a Júpiter por la eclíptica, y el día 14 la Luna se posicionará al otro lado del gigante helado.
El 25 de marzo, tras haber aumentado día tras día su fracción iluminada, la Luna alcanza la fase llena y la veremos surgir por el horizonte este coincidiendo justamente con la puesta de Sol. Esa noche, se producirá un alineamiento ligeramente imperfecto entre el Sol, la Tierra y la Luna. Como consecuencia, la Luna no llega a adentrarse en la sombra terrestre, pero sí que penetra en la región circundante, la penumbra, donde una parte de la luz solar está bloqueada por la Tierra. Esto da lugar a un eclipse penumbral, pero en este caso será muy difícil apreciarlo a simple vista dada su baja magnitud. En España, la Luna ya se ha ocultado cuando el eclipse alcanza el máximo. Desde América sí que podrá verse la práctica totalidad del eclipse, pero insistimos en que el oscurecimiento durante un eclipse penumbral es muy sutil y gradual, en este caso limitado además al extremo sur de nuestro satélite natural.
Texto e imágenes: Observatorio Astronómico Nacional-IGN, https://astronomia.ign.es