Calendario astronómico de mayo de 2025
– Día 3: Conjunción de la Luna con Marte.
– Día 4: Luna en cuarto creciente.
– Día 6: Máximo de las eta Acuáridas.
– Día 12: Plenilunio.
– Día 20: Luna en cuarto menguante.
– Día 22-24: Luna en conjunción con Saturno y Venus.
– Día 27: Luna nueva.
– Día 28: Luna en conjunción con Júpiter.
En el hemisferio norte mayo nos trae una primavera avanzada que ya empieza a anunciar el verano, con días muy largos y atardeceres tardíos. El día 15 de mayo el Sol sale en Madrid a las 6:58 y se pone a las 21:24, hora peninsular española, lo que nos proporciona un total de casi 14 horas y media de luz al día. Comenzamos el mes con luna creciente, tras el novilunio del 27 del mes anterior. El día 1 la veremos al anochecer sobre Júpiter, y en las noches siguientes irá ganando superficie iluminada mientras se desplaza sobre la constelación de Géminis. El día 3 tras la puesta de sol la tendremos en conjunción con Marte, nuestro vecino planeta rojo, sobre la constelación de Cáncer.
La luz de la Luna, que ya habrá superado el cuarto creciente, no facilitará la observación de la lluvia de estrellas de las eta Acuáridas, que tendrá su máximo la noche del 5 al 6 de mayo. Para ver sus meteoros lo mejor será intentarlo al final de la noche, cuando la Luna ya se haya ocultado y el radiante de esta lluvia de estrellas, que está en la constelación de Acuario, esté elevándose sobre el horizonte. Tendremos una mayor actividad de las eta Acuáridas si observamos desde el hemisferio sur o en latitudes próximas a los trópicos, como Canarias, ya que allí la altura del radiante será mayor.
La Luna alcanzará el plenilunio el día 12, poco después de haber pasado por el apogeo de su órbita el día 11. La órbita de la Luna alrededor de la Tierra es una elipse de baja excentricidad (0,055), es decir, una figura ovalada en la que la distancia Tierra-Luna no es siempre la misma. En el recorrido orbital lunar denominamos perigeo al punto en el que la Luna está más cerca de la Tierra, a unos 363300 km, y apogeo al punto en el que se halla a una mayor distancia, unos 405500 km. Esto genera diferencias del orden del 14% en su tamaño aparente en el cielo. Este mes vamos a tener un plenilunio casi en el apogeo, y por tanto una luna llena de pequeño tamaño, en contraste con las superlunas que se producen cuando alcanza su fase llena cerca del perigeo.
Tras un inicio de año donde los planetas estuvieron muy agrupados al anochecer, ahora tenemos un reparto mucho más equitativo. Marte y Júpiter seguirán siendo visibles al anochecer, aunque con alturas decrecientes según pasan los días. En el caso de Júpiter esto ya anuncia su próxima desaparición del cielo nocturno, que se producirá a primeros de junio. Por su parte al amanecer tendremos a Venus, Saturno y durante primeros de mes a un tímido Mercurio, cuyo brillo será difícilmente apreciable por su cercanía al Sol naciente. La fina Luna decreciente, que habrá superado el cuarto menguante el día 20, estará de hecho entre Venus y Saturno al amanecer del día 23, formando un bonito conjunto matutino. Tendremos a nuestro satélite en fase nueva el día 27, y al día siguiente podremos ver el primer atisbo de la Luna creciente sobre Júpiter en el cielo vespertino, cerrando el mes casi como lo comenzó.
Más allá de la Luna y los planetas, a lo largo del mes seguiremos viendo cómo van cambiando las constelaciones visibles. Las constelaciones clásicas de invierno ya se acuestan muy temprano, con Orión y el Can Mayor desapareciendo tras el horizonte prácticamente tras el Sol a primeros de mes, y dejando de ser visibles a finales de mayo. El asterismo que más destaca en estas fechas durante la primera parte de la noche es el llamado triángulo de primavera, compuesto por las estrellas Arturo (constelación del Boyero, fácilmente localizable si se prolonga imaginariamente la curva de la cola de la Osa Mayor, también conocidas como las tres mulas del carro), Espiga (Virgo) y Régulo (Leo). También serán visibles durante casi toda la noche Vega (constelación de la Lira) y Deneb (Cisne), dos de las estrellas del triángulo de verano. La tercera, Altair, de la constelación del Águila, irá adelantando su salida sobre el horizonte. El verano está viniendo al hemisferio norte, y con ello las noches cortas pero cálidas que favorecen el disfrute del cielo.
Texto e imágenes: Observatorio Astronómico Nacional-IGN, https://astronomia.ign.es