EL CIELO DEL MES DE ABRIL DE 2025

Calendario astronómico de abril de 2025

_ Día 1: ocultación de las Pléyades por la Luna.

– Días 2 y 5 al anochecer: conjunciones de Júpiter y Marte con la Luna.

– Día 5: la Luna en cuarto creciente.

– Día 13: plenilunio.

– Día 21: la Luna en cuarto menguante.

– Día 22: máximo de las Líridas.

– Día 25 al amanecer: conjunción de la Luna con Venus y Saturno.

– Día 27: Luna nueva.

– Día 30 al anochecer: conjunción de Júpiter con la Luna.

En el hemisferio norte estamos inmersos en la primavera, con días cada vez más largos; en el hemisferio sur, sin embargo, los días siguen acortando según avanza el otoño. En Madrid, el 15 de abril el Sol sale a las 7:36 y se pone a las 20:54, hora peninsular española, dando lugar a algo más de 13 horas de luz.

 

El mes comienza con la Luna como protagonista al anochecer. El día 1, podremos ver el creciente lunar sobre el horizonte oeste al oscurecer, situado en la constelación de Tauro. Esa misma noche, la Luna pasará frente al cúmulo abierto de las Pléyades y ocultará algunas de sus estrellas según se van aproximando al horizonte. Podremos disfrutar de esta ocultación mejor con prismáticos o con un telescopio, pero será imprescindible tener una vista despejada hacia el oeste. En el transcurso de una hora, la Luna habrá recorrido las Pléyades prácticamente de lado a lado, desde Electra hasta Alcione, lo que nos permite apreciar cómo se desplaza nuestro satélite natural respecto a las estrellas: es el resultado de su movimiento mensual alrededor de la Tierra.

Los días siguientes, la Luna se adentrará de lleno en el asterismo que conocemos como Hexágono del Invierno, formado por seis estrellas muy brillantes de Tauro, Orión, Can Mayor, Can Menor, Géminis y Auriga. El día 2, la Luna estará en conjunción con Júpiter, que en estos momentos es el punto más brillante de esta región del cielo, cerca de la estrella Aldebarán de Tauro. Tres días después, la noche del día 5, la Luna alcanzará la fase de cuarto creciente en conjunción con el rojizo planeta Marte, junto a la estrella Pólux de la constelación de Géminis.

Tras casi dos meses con amaneceres desprovistos de planetas, esta sequía planetaria matutina llega a su fin. En marzo ya comenzó a ser visible Venus, aunque todavía a poca altura antes de salir el Sol. Durante el mes de abril, Venus alcanza ya una altura apreciable antes del alba, especialmente la segunda mitad del mes, y se ve acompañado además por Saturno. A su vez, un tímido Mercurio roza el horizonte al comenzar a amanecer. El día 25, la fina Luna menguante se situará junto a Venus y Saturno, a poca altura sobre el horizonte este antes de la salida del Sol. Para poder verlos, es imprescindible no tener obstáculos hacia el este. Aunque Saturno es difícil de apreciar dado su escaso brillo, el luminoso Venus y la Luna pueden ayudar a localizarlo.

Tras pasar por la fase de luna nueva y no ser visible el día 27, nuestro satélite reaparece sobre el horizonte oeste el día 28, aún casi imperceptible dada su proximidad al Sol. Dos días más tarde, el día 30, sí que podremos ver la Luna creciente en todo su esplendor junto a Júpiter, dando lugar a una atractiva conjunción. Así, acabamos el mes tal y como lo empezábamos, con la Luna comenzando su ciclo, dispuesta a completar una nueva revolución alrededor de la Tierra. En esa órbita, la Luna se mueve a una velocidad vertiginosa, recorriendo cada segundo una distancia de… ¡un kilómetro!

Si observas alguna estrella fugaz durante la segunda quincena de abril es muy probable que se trate de una Lírida. Esta lluvia de estrellas alcanza su máxima actividad el día 22. En este caso, se espera que tanto la noche del 21 al 22 como la noche siguiente sean las que ofrezcan mejores condiciones para observar la lluvia de estrellas. Los meteoros parecen provenir de un punto entre las constelaciones de Lira y Hércules, cerca de la brillante Vega. Ese punto, el radiante, va ganando altura según avanza la noche, por lo que es recomendable observar las líridas a partir de la medianoche, pero idealmente antes de que la luna menguante haga su aparición ya de madrugada. Como es habitual, los cielos oscuros nos ayudan a percibir un mayor número de meteoros, por lo que es aconsejable alejarse de las luces de las ciudades. Aunque su tasa de actividad es muy variable, en ocasiones esta lluvia nos brinda una gran cantidad de meteoros.

 

Texto e imágenes:  Observatorio Astronómico Nacional-IGN, https://astronomia.ign.es