Editorial febrero 2025

Incertidumbres

Escribo mi columna mensual justo tras recibir la nota de prensa del Observatorio Europeo Austral denunciando un enorme peligro en ciernes para su observatorio en Cerro Paranal, en el desierto chileno de Atacama, que alberga algunos de los mayores telescopios ópticos del mundo. AES Andes, una subsidiaria de la compañía eléctrica estadounidense AES Corporation, ha presentado la petición para el informe de evaluación ambiental de un proyecto para un gigantesco complejo industrial de 30 km2 de extensión que se ubicaría a apenas una decena de kilómetros de Paranal, lo que causaría daños irreparables a las observaciones astronómicas, en particular debido a la contaminación lumínica emitida a lo largo de la vida operativa del proyecto. Y recordemos que a escasa distancia de Paranal, en Cerro Armazones, se está construyendo el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo, el E-ELT, que igualmente se vería muy afectado por este megacomplejo industrial.

Por supuesto, desde esta modesta publicación defendemos con firmeza que ese proyecto se reubique en otra zona lo suficientemente alejada de los telescopios para que los cielos de Paranal y Armazones sigan siendo unos de los mejores de la Tierra para la observación astronómica.

Este caso es solo uno más de los riesgos crecientes que afronta la astronomía basada en tierra. Si ya la exponencial contaminación lumínica –y radioeléctrica– en todo el planeta cada vez hace más difícil tener lugares con un firmamento limpio, oscuro y silencioso; la igualmente exponencial proliferación de las megaconstelaciones de satélites artificiales en los últimos años está haciendo que ningún lugar del mundo se vea libre de la intrusión del brillo de esta multitud de miles y miles de satélites que se están adueñando del cielo, sin regulación ni control alguno.

Este año es el último del primer cuarto de siglo de este hasta ahora atormentado siglo XXI. Los próximos 25 años serán clave para muchas cosas, incluyendo nuestro propio futuro y modelo de sociedad. Astronómicamente hablando, y con estos riesgos y amenazas que he expuesto más arriba, la sensación que tengo, más que nunca, es de incertidumbre.

 

Ángel Gómez Roldán     Director y Editor Astronomía Magazine