El universo cíclico de los antiguos egipcios
La propuesta de un universo cíclico refleja esencialmente una idea tan arraigada en el pensamiento egipcio como la de la continua regeneración. Veamos cómo trató su cosmogonía la cuestión del origen y el fin del cosmos.
El ser humano siempre ha sentido inquietud por conocer el origen del universo. En el mundo antiguo muchas culturas desarrollaron cosmogonías en las que uno o varios dioses o fuerzas naturales animadas se convirtieron en protagonistas imprescindibles de ese complejo proceso creativo. Cada cultura intentó dar respuesta, de este modo, a una cuestión tan compleja como atractiva.
En el Egipto faraónico destaca la cosmogonía heliopolitana, por antigüedad y por la extensa documentación que nos ha llegado de ella. De esta, una de las principales fuentes de información se halla en los Textos de las Pirámides, cuya versión más antigua conocida es la que se muestra inscrita en el interior de la pirámide del rey Unas (ca. 2320 a.C.). En ella Atum aparece como demiurgo, dios creador que se creó a sí mismo desde la solitud. Pero antes de que Atum viniera en existencia, para antes de que nada existiera, los egipcios describen un espacio precreacional que, de algún modo, intenta plasmar la idea de vacío, si bien no en un sentido estricto, pues ese espacio ya contiene la esencia (aunque inactiva) del demiurgo.
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Astronomía Enero 2021 No 259 – Edición digital
Astronomía Enero 2021 No 259 – Edición impresa