Por fin tenemos a nuestro alcance una supernova brillante en los cielos boreales. Y parece confirmarse que tenemos trabajo para rato.
Se ha hecho esperar, efectivamente. La última supernova que consiguió romper la 13ª magnitud fue la célebre SN 2014J en M 82. Tras estos tres largos años en los que hemos visto cómo en varias ocasiones los observadores afortunados han sido los del hemisferio sur, nos levantamos una mañana con la noticia del descubrimiento de SN 2017eaw por el activo astrónomo amateur Patrick Wiggins desde su observatorio situado en Erda (Utah, EE.UU.). Este observador no era un novato en estas lides ya que anteriormente había descubierto otras dos: SN 2014G (junto a K. Itagaki) y SN 2015Q.
SN 2017eaw (20 34 44,24 +60 11 36,0) se localiza en la conocida como Galaxia de los Fuegos Artificiales (NGC 6946, justo en el límite entre Cefeo y el Cisne, y a unos 22 millones de años luz). Tiene su sobrenombre ganado a pulso: en los últimos cien años se han descubierto nada menos que diez supernovas en ella, desde SN 1917A hasta las cuatro descubiertas ya en este siglo.