La fotografía en general, pero en especial la astrofotografía, tiene un poder de seducción tremendo. También es un campo en el que nunca acabarás de mejorar por lo que tenemos disciplina para toda la vida si queremos. En resumen, la astrofotografía engancha, y mucho. Me considero fotógrafo hasta la médula y en mi opinión, la astrofotografía es un continuo desafío entre el cielo, el equipo y tú. Muchas sesiones fotográficas son como peleas, en las que a menudo salemos perdedores (problemas técnicos, meteorológicos…); sin embargo, cuando todo sale bien, nos ofrecerá un recuerdo imborrable fruto de mucho esfuerzo y con una belleza insospechada.