Ad Astra, James Webb
Tras retrasos, sobrecostes y problemas de toda índole, parece que por fin el largamente esperado telescopio espacial James Webb (JWST) será lanzado este próximo 22 de diciembre al espacio. En la pasada revista de octubre le dedicamos el artículo principal y la portada, y decíamos que el lanzamiento del mayor y más complejo telescopio espacial de la historia era un acontecimiento largamente esperado –y deseado– por toda la comunidad astronómica.
El 12 de octubre, un barco transportando al JWST arribaba a la Guayana Francesa, para ser inmediatamente trasladado en su contenedor especial en un camión al Centro Espacial de Kourou, donde fue desembalado y colocado en la sala limpia para su procesado final antes de su despegue. Fruto del acuerdo entre la NASA y la ESA, será un cohete Ariane 5 el encargado de poner en órbita al telescopio, primero en una órbita de transferencia para a continuación volar hacia su destino final, el punto de Lagrange L2, a 1,5 millones de km de la Tierra en dirección opuesta al Sol y a nuestro planeta.
Esta trayectoria le llevará 29 días, y durante este tiempo, el JWST (al que vemos plegado en la imagen en su configuración de lanzamiento), se irá desdoblando poco a poco como un origami hasta alcanzar su estado operacional. Y como este telescopio es todo de superlativos, igualmente será la mayor y más compleja secuencia de despliegue de mecanismos jamás intentada en una sola misión espacial. Nada menos que cincuenta pasos y más de trescientos elementos han de funcionar sin errores a la primera. Es lo que se ha venido a llamar «el mes de terror», pues será todo este tiempo el necesario para llevar a cabo este impresionante despliegue. Lo esperamos con ansia.