60 años del ESO
En octubre pasado se conmemoraba el sexagésimo aniversario de la creación del Observatorio Europeo Austral, el ESO (European Southern Observatory), utilizando para su celebración una nueva imagen en gran detalle de la Nebulosa del Cono. En estos momentos este organismo científico está integrado por dieciséis países, además de Chile donde operan sus diferentes observatorios.
Esta nebulosa forma parte de la gran región de formación estelar NGC 2264, descubierta a finales del siglo XVIII por el astrónomo William Herschel en la constelación de Monoceros. La imagen adjunta muestra en detalle la parte central de una columna de polvo con siete años luz de longitud.
A 2500 años luz de distancia, su cercanía la convierte en un objeto muy bien estudiado. Se trata de un ejemplo perfecto de las formas que desarrollan las nubes gigantes de gas y polvo, donde sabemos que se forman estrellas nuevas. Estos pilares surgen cuando estrellas azules, masivas y recién formadas emiten vientos estelares y radiación intensa que erosionan el material de su entorno. Cuando el material es empujado, el gas y el polvo se ven comprimidos en formaciones alargadas y oscuras con forma de pilar. Este proceso ha creado la Nebulosa del Cono, que parece apuntar hacia las estrellas brillantes de NGC 2264.
Los filtros usados hacen que el gas hidrógeno aparezca en color azul, el gas de azufre en rojo y las estrellas azules recién formadas en tonos dorados,
[La nebulosa del Cono, en una imagen realizada por el espectrógrafo FORS2 acoplado al telescopio VLT, instalado en el observatorio chileno de Cerro Paranal. (ESO)]