Este mes de noviembre se cumple otro 50 aniversario relacionado con la exploración lunar, y es uno que pasa más desapercibido que el del Apollo 11, pues ser el segundo en algo nunca llama mucho la atención: el 19 de noviembre de 1969 el módulo lunar de la misión Apollo 12, tripulado por Charles «Pete» Conrad y Alan Bean, realizaba el segundo aterrizaje con éxito en la superficie de nuestro satélite. Esta segunda misión Apollo se caracterizó especialmente por un hecho singular en todo el proyecto, y que hasta hora no ha vuelto a ser repetido. Fue la primera y única vez que unos astronautas visitaban una sonda espacial que habla aterrizado en la Luna dos años y medio antes.
En efecto, a menos de 200 metros del punto de descenso del módulo lunar Intrepid, en la ladera de un cráter, se hallaba la sonda automática Surveyor 3, que se había posado con éxito en la Luna el 20 de abril de 1967. Conrad y Bean recorrieron la distancia que los separaba de esa reliquia espacial y la examinaron de cerca para evaluar cómo había afectado el paso del tiempo a la sonda, hallándola cubierta con una fina pátina de polvo lunar. Algunas piezas de la sonda fueron recuperadas por los astronautas y traídas de vuelta a la Tierra, como la cámara de televisión, que se encuentra actualmente expuesta al público en el Museo Smithsoniano del Aire y el Espacio de Washington DC.
La tripulación del módulo lunar del Apollo 12, además, pasó cerca de ocho horas en actividades extravehiculares, casi triplicando el tiempo de sus predecesores Armstrong y Aldrin, lo que les permitió instalar una mucha mayor completa batería de instrumentos científicos.