La observación del Sistema Solar: Saturno

Saturno es el sexto de los planetas en orden de distancia creciente al Sol y segundo en masa y tamaño después de Júpiter, el mayor de todos.

Dista 1433 millones de kilómetros del Sol (casi diez veces más que la Tierra de esta estrella) y multiplica por 95 la masa de nuestro planeta. Su diámetro ecuatorial es de 120 536 km (Júpiter, 142 796 km) y gira sobre sí mismo en 10 horas y 39 minutos. Saturno completa una órbita al Sol en 29,42 años, desde luego, un tiempo nada desdeñable a efectos observacionales. A pesar de estos impresionantes datos, resulta que si hacemos cálculos obtendremos que la densidad del planeta es de 0,69 gr/cm3… menor que la del agua: ¡Saturno flotaría en el mar!

Su composición química es de un 88 % de hidrógeno molecular (H2) y un 11 % de helio (He). También es un planeta de gas: no existe un suelo firme sobre el cual poder caminar. La «superficie» atmosférica está surcada por bandas y zonas, como en Júpiter, así como por óvalos de tonalidades oscuras y bordes blancos que aparecen, circulan, se funden y desaparecen, pero de una manera bastante más atenuada.